ARTÍCULO DE OPINIÓN

Enfermedad o delito:

El fuego siempre nos atrae, nos encandila, nos ilumina, nos aporta calor y numerosos beneficios cuando está controlado. Es símbolo del poder y del proceso natural de la Trasmutación. Pero qué pasa cuando él nos domina, cuando lo usamos como herramienta destructora. Últimamente en nuestra sociedad están apareciendo numerosos “focos” en este sentido. Personas que utilizan el ígneo elemento con distintos fines para lo que fue creado y poniendo en peligro la vida y los bienes de los demás, incluyendo la propia.

¿Es eso un comportamiento enfermizo o criminal?. La Piromanía (del griego pγrós, “fuego”) es una enfermedad psicológica del trastorno del control de los impulsos que produce un gran interés por el fuego, el cómo producirlo y admirarlo. El pirómano o piromaníaco, cuando realiza su acción, siente una gran liberación y un intenso placer al encender el fuego, contemplarlo e incluso participar en las labores de su extinción y daños colaterales. Los estudiosos e investigadores dicen que su curiosidad y atracción por el tema, les lleva incluso a acercarse y admirar los centros de bomberos. Toda una actitud destructiva de la que, la mayoría de las veces, no son conscientes de su trascendencia y riesgos. Pero al pirómano no hay que confundirlo con el ‘incendiario’, personaje abyecto que sí es consciente de su acción y que sólo le motiva la idea de hacer daño con ánimo de lucro, venganza o vandalismo.

 

Carlos Bogdanich